viernes, 10 de diciembre de 2010

Nuestros días.

Se ha adornado los cabellos, con viejos cuentos,
Y llovió al atardecer, pero no le quito el sueño,
En lo absurdo que suena el viento y su colorido pasatiempo,
Debajo de las piedras que adornan cualquier ciudad vieja,
Vemos las rejas resplandecer frente al ocaso de un sol muerto.

Dibujando azules ondulantes, en las sonrisas cambiantes,
Que tarde o temprano serán calumnias andantes,
En el retrato del pasado,
atrasado no llego al recuerdo, enfatizado en asunto olvidado.

Suave caen las plumas del cielo al suelo,
Anticipando su llegada, la tierra sangra.

El presagio de lo que vendrá,
Hizo que las caras se tornaran salinas,
Al olvidar que nunca se debe mirar hacia atrás,
Mientras caminas...