Camina por las calles sin ser visto,
encerrado en mundos eternos,
vigilado por las mentes externas al canto,
con sonrisas en los labios y tristezas en la cabeza.
Duerme todo el día y no le importan las alboradas,
el mundo es una caja, que pronto será abierta,
en medio del caos vial y las palomas mensajeras,
todo enfatiza y acomoda rasgos de armonía.
Confunde los cielos por mares,
Antares observa, jugando en el cielo nocturno,
recordando el pasado, entre los malestares estomacales
y las subidas de volumen.
Da vueltas en los mismos pasadizos,
continua y gira en direcciones opuestas al camino que siguen sus pasos,
sueña despierto cada tarde de lluvia, la gente observa desde lejos,
entablando conversaciones ajenas al significado de sus manos,
sacudiendo de un golpe sus ideas y sus anhelos.
El pueblo aún no esta preparado para esto,
lo dejan navegar en un mar muerto,
las esperanzas no son depositadas en amantes rubicundos,
las lagrimas, no son más que niños cantores, esperando al que nunca ah de venir.
Humos extraños crean ideas vagas,
que se hacen realidad en sueños oscuros,
rellenas de esclavitud y gloria,
la esperanza es lo último que se puede recordar por acá.
No resaltan las palabras buenas,
porque vienen de hombres de traje,
no creyente, no es que perdiera la razón en el viaje,
es que las oraciones largas y de buen mensaje,
no llegan a la órbita de mis ayeres.
Se aleja de casas grandes, dónde muchos se congregan,
acaso el fin esta cerca?
En esto que llamo sueño y en eso que llamas estar despierto.
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