Ahora hasta duermo en los abismos,
no confieso rupturas de piedras,
porque el apetito me guía a cometer actos
paradojicamente ya visualizados.
La carta llegara uno de estos días,
sin estampillas o se perdería para siempre en las alcantarillas,
sabrías que su contenido fue adulterado por otras manos,
ajenas al significado, rota quedara,
besando basura.
Soltare tu mano, aprenderé a caminar por valles soleados,
la flor de tu pecho nunca arrancare,
cambiare de papel,
seré un poco más cruel.
Sonreiré, pero llorare detrás de un cuartel,
el engaño rociara mis ojos de dulce brisa segmentada
de cuerpos extraños,
los cuales abrazare para comprender,
que te has ido desde hace años.
Y vago solo, aterrado por el dolor que te alejo de mis manos,
pensando, pensando, como traerte de vuelta,
a esta ruleta que esta en mi cabeza,
sumergido en la árida tierra del descontrol
que por fin anulo el sabor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario